domingo, 15 de julio de 2012

Billy Álvarez: Otro que se aferra al Poder

Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que es mayor la persona...

Por: Beah Moustache

Nada es eterno y el mandato de un líder tampoco, tanto como no lo es su vida; el que se aferra al poder no es un líder sino sencillamente un jefe que se aferra a lo que tiene en una postura defensiva, y quien hace esto no está pensando en mejorar, sino simplemente en mantener las cosas de manera cómoda a su conveniencia.

El líder tiene que irse tarde o temprano; mantenerse en el poder no es una demostración de liderazgo sino de fuerza política; saber cuando hay que dejarlo a la vez de haber sembrado mientras tanto una idea que permita que los efectos positivos del mandato continúen es quizás la prueba más difícil y la que demuestra de forma más clara qué clase de individuo es el que afirma ser líder, y qué clase de líder ha sido.

Álvarez un líder leonístico.

Hay muchas maneras para manejar incompetentemente una organización, pero tomando en cuenta el lapso de tiempo en el que se produce un daño, se puede ser un mal líder de dos maneras: una es de forma crónica y la otra de forma aguda. 

Es decir, se puede clasificar a los malos dirigentes de acuerdo a la forma en la que las malas consecuencias de sus malos actos de gobierno se propagan hacia el resto de las organización. Los daños de la incompetencia de un dirigente que pueden producirse, se manifiestan o bien de forma súbita o bien de forma sutil y a lo largo del tiempo. 

La legitimidad es algo que a veces puede ser ignorado por los líderes durante su mandato, si son lo suficientemente fuertes como para aplastar a toda oposición interna, y aislar a los miembros de su organización de toda oposición externa.

La ilegitimidad es, sin embargo, algo que los acompañará incluso después de abandonar el poder, e incluso después de su muerte, pues en tales casos, para ellos resultará obviamente imposible controlar la situación y censurar las palabras de terceros.

Ilegitimidad en este caso significa que las decisiones tomadas por el líder en cuestión son aplicables a la organización o sociedad que el mismo dirige, son solamente por la fuerza que posee para instrumentarlas, pero no basándose en un acto de derecho.

Se va, se va, seee fueeee...!

Como ya se sabe El Tribunal de La Suprema Corte de Justicia falló el día miércoles 11 de julio de 2012 en contra de Guillermo Alvarez Cuevas en el caso de la Cooperativa Cruz Azul.
La decisión es inapelable ya que la Suprema Corte de Justicia es la ultima instancia legal posible y ha decidido el dia miércoles 11 de julio por la tarde que Billy Alvarez ya no podrá continuar en su cargo como director general del Cruz Azul.
Mas sin embargo, el señor dice que no se va; y se vale de pretextos y tácticas para hacer parecer a la opinión pública y a los mismos socios de la cooperativa que: NO PASA NADA!
Es increíble cómo el poder corrompe, pone ciego y sordo a quienes dirigen las riendas de una organización, que cuando prueban las mieles que hay, no las quieren soltar jamás.

La actual administración de la Cooperativa "Cruz Azul" ha dado muestras de prepotencia, ambición y avaricia que ha hecho todo cuanto ha querido para controlar los socios de la Cooperativa y hacer con ellos y su patrimonio lo que le venga en gana.

Abusa y usa la VIOLENCIA para conseguir sus antojos y soñar con extender su periodo, y la manera de lograrlo es desprestigiar a los dirigentes opositores.

Sin embargo, las cosas empezaron a caminar mal y los señalamientos de corrupción empezaron a salir a flote. Lo que afloró fue el odio, venganza, persecución y hasta destrucción de imagen para quienes se interpongan en su camino, entre ellos el abogado del Legítimo Consejo de Administración: Eugenio Olvera, quién fue agredido de la manera más cobarde: a golpes y por la espalda.

El acoso, las auditorias, los mensajitos, sobornos, las pinchadas de teléfonos, las reformas de ciertas leyes para servirse mejor, torceduras de brazos y hasta la violencia han sido la tónica indecente de la actual administración. 

Billy no tiene de otra más que acatar la ley suprema, si no, tendrá que esperar a que se use la fuerza pública y salga "A Jalones de Calzón"

El poder no corrompe; el poder desenmascara...


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