lunes, 2 de abril de 2012

COMPLEJO DE NERÓN Parte1.

Hablemos un poco del complejo de Nerón, el más conspicuo tirano, mentalmente desordenado de la Historia.

Nerón, cuando joven, bajo la sabia dirección de Séneca, según Suetonio, era un muchacho normal. Pero más tardó en ceñir la corona del Imperio Romano que en comenzar a asumir actitudes incongruentes con el desempeño de semejante responsabilidad.

Ya emperador, se aficionó al circo y lidió con gladiadores profesionales lo que le permitió ceñirse la corona de laurel de los vencedores. ¡Quién iba a tocarle un pelo al emperador!

Se aficionó a la música y compuso canciones acompañándose él mismo con una cítara rodeado del aplauso generoso de los cortesanos. Sobra destacar la mediocridad de las composiciones y la ejecución, acremente señaladas en la novela histórica Quo Vadis. Componía versos y escribía cosas con la misma mediocridad con que componía sus canciones.

Desarrolló un gusto exagerado por la buena mesa, desacreditando con su gula a los sibaritas, lo cual le llevó a la obesidad y a la molicie. Era de los que vomitaban la comida con ayuda de una pluma de ganso para seguir comiendo y bebiendo.

Irrespetaba de continuo a sus cortesanos y sentía un desprecio visceral por el pueblo, el cual le era totalmente indiferente.

Sentía repulsa morbosa por los cristianos, portadores de voces opuestas a su conducta voluble, frívola, lúbrica y amoral. Estas poco recomendables «virtudes» le hicieron merecer —quizás indebidamente— el calificativo de incestuoso y bisexual.

El malestar que le producía la prédica de los cristianos le hizo desatar una persecución desenfrenada contra ellos obligándolos a refugiarse en catacumbas para poder hacer su culto.

Se hacía pasear en triunfo por la Vía Apia después de una victoria de alguno de los ejércitos del Imperio.

Finalmente, en el pináculo de su ejercicio, se incendió gran parte de la ciudad eterna, mientras él cantaba una canción alusiva y tocaba la cítara contemplando la conflagración. No es extraño que se le haya atribuido, quizás impropiamente, la autoría de la tragedia.

Este conjunto de vicios, desviaciones de conducta, crueldad, inhumanidad, irresponsabilidad, autocracia, egolatría y extrañamiento de sus compromisos, asociado a su condición de emperador constituye un feo modelo de complejo.

El complejo de Nerón es muy raro. Pocas personas pueden reunir tal conducta viciada con la condición de gobernante. Sin embargo, de vez en cuando surge un aprendiz de dictador que comienza a actuar de esa manera manifestando los síntomas del complejo y de la alienación y enajenación que conlleva.

En este caso atribuyo este complejo al Señor Guillermo Álvarez Alias "Billy" quien se empeña en confirmar claramente sus desviaciones de conducta ante la situación fraudulenta en la Cooperativa Cruz Azul.

Insisto, cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia y no diré "a quien le quede el saco que se lo ponga", porque ya se lo puse.


Fuente: Douglas Stuart Howay


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